Los bulevares exteriores, de noche, están cubiertos de nieve; los bandidos son soldados; me atacan con risas y sables, me saquean: me escapo para ir a dar en otro cuadro. ¿Es el patio de un cuartel o el de una posada?, ¡cuántos sables!, ¡cuántos lanceros!, ¡nieva!, me pinchan con una jeringa: es un veneno para matarme, una cabeza de esqueleto cubierta con un crespón me muerde el dedo. Vagos reverberos arrojan sobre la nieve la claridad de mi muerte.
(Le Cornet à Dés, 1917.)
(Le Cornet à Dés, 1917.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son responabilidad de sus autores. Este blog no se responsabiliza por el uso indebido de los comentarios.